jueves, 21 de abril de 2011

VI

No se como llamarle a los días que de repente se aparecen al acabar la noche, me sonríen con su risita burlona y me dicen: ¡Hey, ya llegamos! ¿qué harás con nosotros? Y yo, desde mi cabello  revuelto y mis ojos cansados sólo atino a pedirles que transcurran rápido y con poco calor.

No han sido malos, la he pasado bien, muchas cosas productivas han resultado de ellos: tranquilidad en mi alma, claridad en mis sentimientos, dejando de lado las adicciones y de nuevo abrazar a la pequeña niña de cabello de juguete roto que habita en mi interior. Es hermoso sentir como la pequeña sale de su encierro y muda de piel, deja de lado la timidez e inseguridad y se recupera totalmente, mostrando de nuevo su libertad, esa esencia salvaje y firme, segura e independiente.

He leído bastante, y a su vez he ido recuperando y superando con creces mi ritmo anterior, me dí cuenta de que mis lecturas estaban siendo interrumpidas por toda clase de distractores emocionales que, al recordarlo, me avergonzaron. ¿Cómo me permití verme afectada por semejantes situaciones? Y no es que fueran nimiedades, está bien que hasta una Beu sienta y se permita de vez en cuando esas exaltaciones de los sentimientos que ponen en un estado tan indispuesto al espíritu, pero vamos, ya no soy una niña de dieciséis años, no puedo permitir que semejantes cosas entorpezcan mis lecturas, mi creación. Así que me he puesto las pilas y aunque despierte algunos comentarios burlones, lo siento, así es mi vida y mi relación con la literatura si no te gusta, pues ni modo.

Terminé de leer "Travesuras de la niña mala " de Vargas Llosa y me encantó, no puedo decir que me sintiera identificada con la Peruanita, no, soy una perra, eso es cierto, pero en mí está bien arraigada esta noción de amor verdadero, no concibo que una actitud pueda jactarse de amorosa cuando, con pleno conocimiento de causa, se hace daño deliberadamente al "ser amado". Pero si me sentí identificada con Ricardo, been there, done that, he aceptado aires y desaires por amor. Y no es realmente una falta de autoestima, o un afán de autodestrucción o sabotaje, es amor simplemente. Pero el libro se terminó y tuve que pasar a otra cosa.

En mi viaje express al DF para mi curso de capacitación no pude más que sucumbir a otro libro. Siento horrible al no poder permitirme la compra de todos los libros deseados con una gran soltura, pero es algo que no puedo evitar. Leí sobre el libro en la revista del avión y quedé demasiado interesada. Y es que es Leonora Carrington (si, la novela que Poniatoswka escribió sobre su vida) y no es precisamente mi más máximo, como lo es Remedios Varo en la pintura, pero si acepto que la vida de esas mujeres ejerce una fascinación inmensa en mí. La primera vez que eso sucedió fue con mi amada Alejandra Pizarnik, después de ella tuve ésta fascinación con Remedios Varo y posteriormente con Simone de Beauvoir. Aunque hay muchas otras mujeres que despiertan en mí ese enorme interés (entre ellas Leonora) son estas tres mi pasión loca, especialmente Pizarnik.

Mi relación con la poeta es, no sé, no sabría describirlo... existe algo en ella que me llama, me seduce, mi aprisiona, me encanta perderme en sus letras, desmembrar sus poemas, penetrar su silencio. Mi tesis de licenciatura: "Re-significación de la identidad femenina a través del manejo del cuerpo simbólico en la obra poética de Alejandra Pizarnik" (si, una mamadota de título, pero ¿qué se le va a ser, no hay otra forma de abordar semejante complejidad) fue mi pequeño tributo a tu ser, su obra. Gracias a ella he encaminado esta obsesión por el lenguaje, a ella le debo mi enorme deseo de hacer la maestría en Lingüistica, quiero tener todos los recursos para estudiar su lenguaje, ese otro lenguaje que ella logro construir a través del silencio. Si bien muchos hablan de su suicidio como una huida, para mí... su muerte fue la cima/fondo de su acto poético, la forma más sublime y pura de Ser poesía. 

En el caso de Leonora estoy notando ciertas similitudes en cuando a cuestiones psicológicas, cuestiones dignas de abordarse desde la óptica del psicoanálisis, patrones propensos a analizarse como en su momento hice con Sor Juana o Santa Teresa. Este análisis es mi nuevo propósito personal. ¡Estoy tan emocionada! Algún día me armaré de valor y desempolvaré mis ensayitos de éstas mujeres no-sujetas y armaré quizá, algo digno de publicarse.

Mientras tanto: a dormir que mañana hay mucho trabajo pequeña Beu.

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