martes, 23 de octubre de 2007

Nebulosa

Estoy seca.
¿Qué podemos pedir si no más sed? Esa sed que sólo se sacia mediante la contemplación de un vaso vacío.
Es la idea de la completad, ese no saber qué pero en el fondo, escondido en el subconsciente, tener la certeza, la imagen de ese vaso lleno. Pero… ¿lleno de qué? ¿Qué será ese “coso” que vendrá a colmar mi vida?

Me gusta imaginar ese vaso lleno de letras, como un poema perfecto.

Me imagino viviendo en una nebulosa, rodeada de humo, un humo morado, con tonalidades diversas, de un frío agradable, de ese frío que produce una sensación de calor interno.
Una nebulosa producto de la contracción de todo mi sentir.
Esta entropía terminará por matarme, pero quizá solo así conozca la verdadera paz.

Quisiera escribir un poema, uno hermoso, el más hermoso que jamás haya escrito, uno que hable del amor que consume los cuerpos.

Acaricia mi espalda
Escribe en ella todos
Los secretos
De la vida
Para que un día
Llena de verdad
Explote al infinito.

***

Rompere el silencio
Quiero cantar el llanto
Que me consume
Que me obliga
A crispar las manos
Y quedarme quieta en cama
Soportando el ardor
Que me consume

***

Lo que mas quisiera es no querer nada. Dejar de sentir esta sed, nulificar la carencia, quisiera estar completa sin necesitar de nade mas que mis libros.
Mi amada literatura.
¿Por qué no puedes ser tú mi amante? ¿Mi esposa?
¿Por qué tengo que sentir esta necesidad de serte infiel?

Si alguien pudiera arrancarme el cuerpo, las manos.

***

Hay un ser en mi interior que clama le atienda, tiene hambre, tiene sed, padece frío y olvido.
¿Cómo puedo calmarlo?
¿Cómo he de darle todo lo que me pide si es totalmente incompatible con mi vida?

***

La idea de la muerte me obsede.

Debería de existir un grupo de autoayuda, una especie de suicidas anónimos donde el lema sea el mismo:

Un día a la vez

Aunque en realidad cuesta tanto trabajo.

***

Siento que mi ser desea salir por todos los orificios de mi cuerpo, los oídos, la boca. Quiere despeñarse por mi ano y mi vagina. Se que debo vaciarme de alguna forma, dejarme correr por la nariz o los ojos. Necesito salir de mi, dejar mi alma libre de esta prisión que es mi cuerpo.

Si tan solo pudiera entregarme completamente al estudio, pero no superficialmente, si no en verdad no hacer mas que estudiar, intentar comprender el alma para encontrar en los libros el remedio a tanta angustia.

***

Pero no puedo negar que amo esto que crece en mi interior. No he de matarlo esta vez, voy a abrazarlo, arroparlo, hacerlo mío, mío, SOLO MIO.

jueves, 18 de octubre de 2007

Clavado al interior

¿Por qué necesito humillarme?
¿Por qué necesito llamar a quien no quiere venir y por qué me entristece recibir a quien llega con deseos de verme?
¿Por qué el amor de alguien a mí infunde en mí odio por ese alguien y por qué la indiferencia de cualquiera me fascina?

Aun si todo va más o menos serenamente necesito, cada dos o tres meses, una noche de hundimiento (que en este caso se ha convertido en ya tres semanas)

Necesidad de encarnar presagios y sueños. El mundo externo se opone. Eso es obvio y no obstante no puedo admitirlo; lo quiero - en nombre de mi, digamos, instinto de conservación- , lo quiero, digo, pero no puedo. Queda por averiguar si lo quiero verdaderamente.

Luego, por más que crea haber progresado y madurado, mi sentimiento del amor y del deseo es difuso y confuso como a los cinco, a los diez y a los quince años. Una noche sexual es un corte tajante. No puedo, no sé, no podré nunca unir esa noche a las obligaciones, relojes, horarios, etc. Siempre, después de una noche sexual, hago planes de orden: ordenación de escritos, de lecturas, etc. Como quien estuvo al borde de la muerte y al incorporarse proyecta actos sanos y enérgicos.

Una noche sexual es agonía, es muerte y es la única felicidad.

Pero ciertos gestos, ciertas palabras, yo pierdo conciencia, yo estoy ebria cuando me desnudan, algo lejano y presente. Se repite lo que no se vió nunca. Siempre hago el amor por primera vez. Mi asombro, mi perdición, mi asfixia, mi liberación.

Soy una cobarde. Lo sexual, para mí, es el único camino de iniciación. Yo a veces lo abandono por miedo. Así como para otros el ascetismo, para mi lo sexual.

Pero, esta necesidad, además, de consumirse. Este apalear a un animal muerto. ¿Qué pasa en mí que golpeo puertas cerradas? Lo sexual, sí. Pero no sé por qué me fascinan los que no me desean. Éste es mi emblema. Ésta es mi maldición.

Cualquiera que te abandone logrará seducirte. Y viceversa.

¿Cuándo empezó?


aP

martes, 16 de octubre de 2007

Nulo

Es terrible. La habitación es un asco, del departamento ni hablar y mi estado de ánimo cada día es peor.

¿Qué me hace falta?, ¿Qué necesito? No lo se, en verdad quisiera saberlo.
Quisiera no sentirme así.

Apenas volví de la escuela y tenía en mente un correo que me enviaron hace ya mucho tiempo. Por suerte antes de que mis cuentas fueran saboteadas respalde todos los correos que tenía de esa persona y los tengo impresos. Volví y como loca los busqué pero no encontré nada, tengo una terrible revoltura de papeles, pero sé bien que en algún lugar están. En la búsqueda me tope con muchas otras cosas que quizá debieron quedarse guardadas ahí.

Y si, es cierto, la gitana no sabe bailar.

Encontre recuerdos, muchos recuerdos, esta terrible manía de guardarlo todo va a terminar por matarme, lo se.. pero es inevitable. Me solté en llanto cuando ví el boleto del concierto de Haggard con la letra de Kenta diciendo que fué merol vivir conmigo. Creo que hubiese sido algo lindo.
Las cartas de Raúl cuando estuve internada y sobre todo la última carta que me escribió donde precisamente me recomienda eso "no releas cartas en momentos inapropiados", demasiado tarde peque, demasiado tarde.

Quisiera encontrar algo que en verdad me llene, que me quite del alma esta obsesión de volver atrás, de dejar de extrañar lo que tuve y perdí. Quisiera poder mirar solo hacia adelante y aprender del pasado.

Quisiera, por lo menos, volver a escribir.

domingo, 14 de octubre de 2007

CANCIÓN DE AMOR DE LA JOVEN LOCA

Cierro los ojos y el mundo muere;

Levanto los párpados y nace todo nuevamente.

(Creo que te inventé en mi mente).

Las estrellas salen valseando en azul y rojo,

Sin sentir galopa la negrura:

Cierro los ojos y el mundo muere.

Soñé que me hechizabas en la cama

Cantabas el sonido de la luna,

me besabas locamente.

(Creo que te inventé en mi mente).

Dios cae del cielo,

las llamas del infierno se debilitan:

Escapan serafines y soldados de satán:

Cierro los ojos y el mundo muere.

Imaginé que volverías como dijiste,

Pero crecí y olvidé tu nombre.

(Creo que te inventé en mi mente )

Debí haber amado al pájaro de trueno, no a ti;

Al menos cuando la primavera llega

ruge nuevamente.

Cierro los ojos y el mundo muere.

(Creo que te inventé en mi mente).

martes, 2 de octubre de 2007

De la vida punto com

Es curioso darme cuenta de lo complicada que puede ser la vida. Siempre he tenido la idea de que la vida es simple y aburrida y entonces es mi deber hacer malabares para complicarmela y asi no morir de tedio ante el simple hecho de vivir. Pero no es asi y puedo comprobarlo.

Bueno, podría si lo quisiera, pero como no quiero, pues no.

El chiste es que me han pasado cosas curiosas, noticias o simplemente menciones que me revolotean el estomago pero que no he buscado, por vez primera las complicaciones no me las estoy buscando solita.

Sé que este es un momento crucial en mi vida y que las desiciones que tome marcaran el resto de mi existir; puedo seguir complicandome la vida, total que ya tengo experiencia, pero por nada del mundo pienso volver a poner en riesgo esto que es lo que más amo en la vida: mi libertad.

Bien se me puede acusar de estar atacada de Bovarismo, llamarme zorra o todos esos adjetivos que a las personas que me conocen se les han cruzado por la mente para referirse a mi.

Graciosamente recorde la canción de las Ultras, aquella de : "enamorada del amor dicen que soy". En lo personal me agrada mucho mas la idea de serme fiel a mi misma y por vez primera, como dice Ángel: comenzar a pensar en mí y en qué es en verdad lo mejor para mí.

Digamos que no quiero concluir mi vida siendo una Emma Bovary o una Ana Karenina, quiero ser, quizá, una muchacha como Antonia la compañera del Lobo Estepario, una Leila, una Athenea, no una Afrodita.

Y si, también lo he pensado; quizá tenga que hacerlo sola, quizá ya haya perdido o termine perdiendo a quienes deseaban para mí ese futuro a su lado.

Quizá termine lejos, por diversas circunstancias o quizá cerca, mas cerca de lo que me imagino.