miércoles, 12 de septiembre de 2007

Cuando estás triste...

Me ha pasado algo muy extraño, pero a la vez tan, pero tan hermoso que aún ahora, como tres horas después de que sucedió, se me hace un nudo en el estómago cuando lo recuerdo.

Fuí al centro con Satanás y Pilar después de clases.
En verdad no tenía nada de ganas de ir, moría de cansancio y tenía montones de tarea que hacer, pero cedí (en realidad no puedo decirle que no a Satanás, está muy por encima de mi voluntad) y salimos para el centro, compramos la acuarela para pintarle el cabello, aproveche para comprar café para esa deliciosa taza que me tomo siempre después de la comida y pasé a la farmacia a comprar curitas gigantes y papel de baño.
Mi malestar era inmenso, un vacío me comía y solo iba a arruinarles la noche a las chicas, así que emprendí la graciosa huida, me despedí de ellas argumentando mis toneladas de deberes escolares y me subí al camión.
Recordé que era la inauguración de la exposición de Paco en la pinacoteca así que le llame a Chris para decirle que por favor lo felicitara de mi parte y me disculpara con él por no ir, me preguntó que qué tenía, que me escuchaba rara y sólo acerté a decirle - Me siento triste, no sé porque - y me solté a llorar (claro, discretamente, las chicas rudas como yo no lloramos, y mucho menos en el servicio urbano), me dijo que no me preocupara que todo estaría bien y colgamos.
La señora que estaba sentada junto a mí me extendió una servilleta y pensé: "chingada madre, ya se me volvieron a escurrir los mocos", pero no, que grata sorpresa al ver que en la servilleta estaba una galleta cubierta de cajeta; me dijo con una voz hermosa y una mirada muy muy linda: "Para que te endulces".
No lo soporté y me eché a llorar.
Ella me contó que estaba en un grupo de la iglesia con el que cada fin de semana van al reclusorio a visitar a los presos y llevarles unas palabras de aliento.
Al bajarse me miró, me dió las gracias por lo bien que se siente hacerle saber a las personas tristes del mundo que hay alguien que ora por ellas.
Algo en mí se encendió y sinceramente... me sentí menos sola.
... alguien ora por tí

domingo, 9 de septiembre de 2007

El mejor regalo de cumpleaños

Une orange sur la table
Ta robe sur le tapis
Et toi dans mon lit
Doux présent de la présent
Fraîcheur de la nuit

Chaleur de ma vie