jueves, 5 de mayo de 2011

VII (La nave de los locos)

Recientemente he estado pensando mucho en la enfermedad mental, pero sobre todo en todo el estigma que existe al rededor de ella. Historia de la locura en la edad media de Foucault fue uno de los primeros libros que me ofreció una visión más seria en cuanto al por qué existía toda está cultura y a la vez rechazo en torno a las enfermedades mentales. 
¿A que viene esto? Hace unos días tuve de nuevo un brote psicótico, fue leve y afortunadamente no pasó a mayores, no hubo necesidad de intervenciones y nadie (ni yo) salió herido, ya tenía tiempo que no me sucedía pero tampoco me asusté, sé que es algo que si bien no es "normal" es una condición con la cual debo de aprender a vivir. Tener un diagnóstico de trastorno de la personalidad no es cosa fácil y es un estigma con el que he aprendido a cargar. Recientemente tuve un incidente desagradable donde una persona utilizó precisamente mi padecimiento como un arma para ofenderme, en un ejercicio de sinceridad he de confesar que, si ese incidente hubiese ocurrido en otro momento, me hubiese calado muy hondo, mucho tiempo pasé escondiéndome a mí misma mis síntomas, mintiéndome sobre lo que me pasaba, sobre como me sentía, mintiéndole a los demás, procurando fingir una estabilidad que estaba lejos de tener pero pues, como toda cosa grave, una enfermedad mental no es como las colillas de los cigarros, no puedes esconderlas debajo de la cama. El punto es que todo salió a la luz, y todo fue muy feo, afortunadamente en ese momento tuve a personas muy lindas a mi lado que se comportaron muy bien, chistes sobre clínicas, psiquiátricos y demás hicieron las cosas más llevaderas. A pesar de eso fue necesario mucho tiempo y mucho trabajo interno para llegar al grado de aceptación que ahora tengo, para llegar al punto en el que, el hecho de que una persona intente utilizar mi enfermedad mental como arma para hacerme daño sea totalmente inútil, para que el hecho de que en ocasiones sea necesario medicarme para estar bien no me cause problema alguno. Y es que después de todo lo que he pasado he aprendido no solo a aceptarme y a aceptar mi enfermedad (es), si, tengo trastorno límite de personalidad, he padecido trastorno depresivo mayor, padezco trastorno de ansiedad generalizada, he coqueteado con los trastornos de la alimentación y con varias adicciones. So? Aquí estoy y mejor que nunca.  Una de las principales cosas que aprendí es que la enfermedad mental no marca a absolutamente nadie y no es tampoco un estandarte a portar.

Conozco las enfermedades mentales desde los dos ángulos, he estado parada desde ambos extremos, he sido paciente y terapeuta, he estado interna y he sido de las que visitan psiquiátricos. Y aún así puedo decirle al mundo que sigo siendo esta maravillosa persona, puedes reírte, puedes burlarte, puedes despreciarme, mandarme a encerrar, despreciarme, a final de cuentas quien continuará en la edad media y en la ignorancia serás tu :)

P.D Entrada patrocinada por los surrealistas de mis sueños =P  

No hay comentarios: