miércoles, 3 de agosto de 2011

Todas las personas mayores primero fueron niños.

Me hace inmensamente feliz leer “El principito”, lo he leído millones de veces y aún así, cada vez que abro esas páginas, ya sea para leerlo completo o alguna parte en especial, siento una profunda emoción, como aquel hombre de fe que abre la Biblia buscando consuelo entre sus páginas, creyendo fielmente en que ahí está escrita la verdadera palabra de dios.

Son numerosas las ocasiones en las que este, mí libro favorito, me ha hecho llorar, y es que tiene toda la razón: 
¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!


Pero aún así lo disfruto inmensamente, no por nada puedo llamarlo “mi evangelio”, un libro más que solo habla del amor al hombre.
“Creo que el Principito aprovechó una migración de pájaros silvestres para evadirse”

Quisiera poder evadirme también, poder nulificarme, dejar de ser tan solo unos instantes y entrar en paz.Quisiera volar, como llevada por pájaros hacia el jardín de la imaginación, ese que quizá esté en un planeta, vecino al de mi Principito, aquel llamado “Locura”.
A ese planeta al cual jamás fue, de haberlo hecho, no hubiese deseado abandonarlo nunca. 

Para conocer algunas de las aventuras del principito, que jamás se publicaron, da click aquí : http://es.scribd.com/doc/61583195/Hombre-en-La-Luna

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