domingo, 28 de marzo de 2010

Una vez...

Existió un cometa.
En su viaje se enamoró de una estrella hermosa.
Decidió quedarse a vivir en su sistema.
Se convirtió en luna.
El sol (que así se llamaba esa estrella hermosa)
no sabía nada de lunas que eran cometas
ni del amor que ésta le profesaba
Con sus llamas solares, fue destruyendo poco a poco a esa luna
hasta que un mal día,
en un eclipse total
la luna no soportó más
y terminó por explotar.

Y así fue la historia de la luna que fue cometa.
No más luna.
Sólo polvo de estrellas.

Sólo una gran estela de polvo que se divisa en cualquier esquina de supermercado, bienvenido cometa.

De regreso a tu órbita.  A una órbita que quizá, ¿regresa?

Nulifícame, devuélveme los tiempos de paz.

1 comentario:

Sofistóteles dijo...

Ya no escuches Zoé..

Què pedo contigo....?