jueves, 5 de junio de 2008

No Alexandra, no lo niegues.

El alma te pesa y sólo atinas a mirar por la ventana, contener el llanto y componerle versos a todas las cosas invisibles del exterior.

Tu mente vuela al país de los muertos donde eres abrazada por el lenguaje y coronada con violetas.

Mientras tanto, sólo eres esencia presentida por la proximidad de un otro que te nombra.

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Yo no se de la miseria de mi alma que me aprisiona y me convierte ser caduco ante tus ojos.
Sólo yo, ataviada de mil máscaras, me presento ante tu sombra intuida y te llamo con la voz de mi silencio autoimpuesto a causa de mi vocación reprimida.

Quisiera gritar ante tus labios que los míos claman por una verdad dirigida al amor que anida en mis ojos.

Pretendo destruir la noche y surcar los kilómetros insensibles que separan a mi dermis de tu cabello color olvido.

Si tuviese piernas largas te propondría trepar por ellas hasta mi vientre, campo fértil de estallidos orgásmicos cuando me acaricio en tu nombre.

Pero se que no vendrás, que nunca vendrás, y que me hallaré desierta como ahora, vacía de tus ojos y llena una falta que jamás será colmada, habitada de un deseo indescriptible de ser una en tus ocasos.
He de hacer pacto con la noche y rogarle que venga a acariciarme con sus dedos de pureza, que me haga compañía, que beba café conmigo y me cuente historias de otros mundos, otros tiempos, otras vidas, en las que tú y yo... nos pertenecimos.

2 comentarios:

Akira dijo...

Pos que? ya nadie maúlla?
uaiM uaiM.
(el gato de Alicia).
Moraleja: la mota tarda un rato en hacer efecto, si ven que no pasa nada, no mamen, no fumen a lo loco.

X=~~

Sofistóteles dijo...

No sé como es el color olvido..

Entre cuales está?